Cuando una gran red se planea con visión pequeña: errores que cuestan caro
Imagina que quieres cubrir un terreno de 20,000 m² con internet estable para 200 personas al mismo tiempo. La meta suena ambiciosa, pero la ejecución… muchas veces se queda corta.
No por falta de ganas, sino por decisiones que, aunque bien intencionadas, terminan creando una red lenta, inestable y que al poco tiempo obliga a gastar el doble.
Este escenario es más común de lo que parece. Empresas, escuelas, complejos recreativos o eventos masivos arrancan con un plan básico, pero en el camino se cometen tres errores fatales: no buscar asesoría profesional, minimizar el presupuesto y confiar en equipos de baja gama para tareas que les quedan grandes.
Error 1: Creer que “más barato” significa “más inteligente”
El primer tropiezo suele venir del presupuesto. En la búsqueda de “ahorrar”, se opta por marcas diseñadas para entornos domésticos o de baja demanda —como ciertos modelos de TP-Link, Tenda o equivalentes— que, aunque cumplen en una casa u oficina pequeña, no están pensados para manejar 200 usuarios simultáneos ni para dar cobertura estable en espacios abiertos y extensos.
El resultado:
- Congestión en horas pico.
- Desconexiones intermitentes.
- Puntos muertos de señal.
- Usuarios frustrados.
En este punto, el ahorro inicial se convierte en gasto adicional para reemplazar o reforzar equipos que nunca debieron instalarse.

Error 2: No hacer un estudio previo del terreno
La cobertura de una red no se calcula a “ojo de buen cubero”. Sin un site survey o mapa de calor, se colocan puntos de acceso donde parece lógico, pero sin considerar:
- Materiales que bloquean señal (muros, estructuras metálicas, cristales polarizados).
- Zonas de alta concentración de personas.
- Fuentes de interferencia (microondas, otras redes, sistemas inalámbricos).
Esto provoca que algunas áreas tengan señal excesiva (interfiriendo entre sí) y otras queden desatendidas, lo que obliga a improvisar con repetidores baratos que solo empeoran la estabilidad.
Error 3: Pensar que el módem del proveedor “ya es suficiente”
Otro clásico es depender del módem que entrega el ISP (en este caso, Telmex con Wi-Fi 6). Si bien es funcional para una casa, en un entorno de 20,000 m² es como pretender iluminar un estadio con una lámpara de escritorio.
Sin un firewall dedicado, switches administrables con PoE+ y puntos de acceso profesionales, la red queda expuesta a:
- Saturación de ancho de banda.
- Falta de segmentación (invitados mezclados con red administrativa).
- Problemas de seguridad y filtrado de tráfico.

Error 4: No pensar en escalabilidad
Se instala el equipo justo para “lo que hay hoy”, pero sin margen de crecimiento. Cuando el proyecto crece —más visitantes, más dispositivos, más demanda de video en streaming—, los equipos básicos colapsan.
“La inversión correcta desde el inicio hubiera permitido ampliar sin reemplazar todo el sistema.”
Error 5: Falta de mantenimiento y monitoreo
Sin software de gestión ni personal que supervise la red, cualquier fallo pasa desapercibido hasta que se convierte en crisis. Esto también lleva a diagnósticos equivocados, donde se culpa al proveedor de internet cuando en realidad el cuello de botella está en la infraestructura interna.
Conclusión: La falsa economía sale cara
Cuando se minimiza el presupuesto y se prescinde de asesoría experta, el resultado es siempre el mismo: equipos que no dan la talla, usuarios insatisfechos y gastos adicionales para corregir lo que pudo planearse bien desde el principio.
Una red para 200 usuarios y 20,000 m² no se construye con mentalidad de router doméstico. Se necesita visión, planeación y la certeza de que la inversión inicial será la columna vertebral de la operación, no un dolor de cabeza constante.
En conectividad, como en construcción, un buen cimiento es la diferencia entre algo que aguanta y algo que se derrumba.

Soluciones inteligentes Boden.
Contáctenos: +52 1 444 845 0414
Proyectos: J. Pablo López Manzanares
 
				
